La Yunta Mala se puso en ventaja en la primera parte tras un anticipo de cabeza de Rama Alonso que agarró desprevenida a la defensa y al experimentado Atila, que tuvo tal vez su peor tarde del torneo (siendo esto decisivo en el resultado final). El agónico empate llegó en una de las últimas jugadas del partido, cuando el abanderado del buen fútbol Ivo Charnas (goleador del equipo y del torneo con 10 tantos), aprovechó una de las pocas distracciones de Ale Vander para llevar la pelota a la red, y al partido a la máxima tensión de los penales.
Con la tranquilidad de haber transitado ya esta senda el día anterior, los de la Yunta joven afrontaron la definición con confianza, dejando la primera responsabilidad en los pies de su número 10… pero esta vez el mago enmascarado se disfrazó de arquero contrario y develó el truco, atajando su remate bajo y débil. La ilusión de los de flúo se depositó entonces en los guantes milagrosos de Atila, pero en una jornada para el olvido, no pudo detener el triste penal ejecutado por Bruno Ice, ni la bomba de Ale Vander luego de que el Gaucho igualara las cosas. Juampi aportó lo suyo al dejar la definición 2 a 2, con el último penal a favor de Pablo Charnas… Atila que lo mira, Pablo que desvía la mirada, Atila que trata de generar suspenso cambiando de buzo (pero no de suerte), Pocho que aguarda en silencio, toma carrera, Atila que vuela a su derecha y la toca… pero la pelota entra igual, y cosa juzgada. Mala Yunta campeón en buena ley, y Buena Yunta víctima de sus propios nervios.
Una multitud acudió a ver la gran final entre las Yuntas.
Igualmente, fue un torneo más que digno. No está nada mal un subcampeonato para un equipo que recién empieza (cuando muchos otros candidatos quedaron en el camino), que fue el único invicto del certamen, que tuvo en sus filas al capo canioneri Ivo Charnas, a una de las vallas menos vencidas en los guantes de Atila, a una defensa impazable (con z) custodiada por el cancerbero Agus Etcahrt, a un polifunconal Gaucho que se vistió de goleador cuando la situación lo requirió, a un Juampi lujoso haciendo goles “de otro partido”, a un Herno puro corazón dejando el alma (y algunos músculos) en cada pelota, a los hermanos desTello de fútbol y furia, a un Andy intermitente pero efectivo y a un estratega como José que se vistió de Gago en cada partido.
SALUD, BUENA YUNTA! En la primera crónica dije que un camino de mil pasos comienza por el primero, y no me equivoqué: en esta senda de gloria, el primer gran salto ha sido dado… sólo queda aprender de los errores, fortalecer las virtudes y seguir trabajando para grabar nuestros nombres en la historia futbolística de UdeSA. Hasta el infinito, y más allá…

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